sábado, 29 de octubre de 2011

"Ha llegado el otoño" (cuento)

 
¡Qué desayuno tan rico
habían preparado
papá y mamá aquella
mañana! En la mesa
de la cocina había un
plato de tostadas y
grandes vasos de leche.
Todos los días Dani y
Dina tomaban un
buen desayuno. Mamá
decía que es muy
importante desayunar
bien para estar fuerte
durante la mañana y
la seño también se lo
decía, así que tenía que
ser verdad.







Cuando Dani terminó
su vaso de leche sintió
un ruidito en los
cristales de la ventana.
-¿qué suena?
-Preguntó a Dina.
- No sé, vamos a ver
Se asomaron a la
ventana y ¿sabéis lo
que era? En el cielo las
nubes tapaban el sol y
llovía. Además el
viento soplaba fuerte.






-¡Qué bien! Mamá nos
dirá que nos pongamos
las botas de agua.
Así fue. Mamá entró en
la cocina y les dijo que
se pusieran las botas
que habían comprado
en la zapatería. Las de
Dani eran de color
amarillo, del mismo
color que tenían las
hojas de algunos
árboles.
Se pusieron también el
impermeable y con el
paraguas de Dina, que
era grande, se taparon
los dos y se fueron al
cole. Todos los niños
llevaban botas aquel
día, unos de color rojo,
otros de color
amarillo... y
todos estaban
contentísimos porque
pisaban los charcos y
no se mojaban los pies.

















Como todos los días al llegar
al cole, Dani se colocó
bajo el árbol de Coco, el
pajarillo, esperando
que su amigo bajara a
tomarse el trocito de
pan que siempre le
traía. Coco era amigo
de todos los niños de la
clase y cuando salían
al recreo revoloteaba
alrededor de ellos. Otras
veces volaba hasta la
ventana de la clase y
miraba cómo los niños
hacían sus trabajos.
Pero aquella mañana
Coco no aparecía. En el
suelo del recreo había
muchas hojas de color
amarillo y el viento,
que soplaba fuerte,
estaba dejando peladas
las ramas del árbol de
Coco. Pero... ¡dónde
estaría Coco? No había
ni rastro de él. Lo
buscaron por otros
árboles pero tampoco
estaba. Entonces la
seño, que lo sabe todo,
les explicó lo que
ocurría.











Cuando las hojas de los árboles se
ponen de color
amarillo, el viento
sopla fuerte y llueve, es
que ha llegado el otoño.
Como los árboles se
quedan sin hojas, los
pajarillos no pueden
vivir en ellos y se
marchan a otros
lugares en los que el
viento no sopla.
Pero no había que
preocuparse porque
Coco volvería. Cuando
los árboles tuvieran
hojas otra vez vendría
de nuevo al jardín del
cole. Sólo había que
esperar. Además la
seño les prometió que
ella traería a la clase
un animal para que
todos los niños lo
cuidaran y fueran sus
amigos. ¿Qué animal
os gustaría tener a
vosotros en vuestra
clase?